miércoles, 17 de junio de 2009

Las vacas consumen alimentos funcionales

La apuesta es cambiar los medicamentos por aditivos biológicos en los alimentos. Gana el animal y el productor.

Los probióticos no son novedad para el sector alimentario. Al menos el enfocado a los humanos. La novedad está en que ahora los animales también acceden a sus beneficios. Tal como ocurre con el cuerpo humano, agregar probióticos a la comida de terneros, aves, cerdos e incluso salmones colaboraría a fortalecer su sistema inmune, disminuyendo la necesidad de medicamentos químicos.

Si bien las vacunas y los antibióticos siguen siendo una alternativa eficiente en el control de enfermedades animales, su uso es cada vez más restringido en los mercados internacionales, porque pueden contaminar el producto final que va al consumo humano.
"La tendencia es orientarse hacia productos naturales para evitar la contaminación cruzada, como que en los alimentos aparezcan antibióticos. Además, un animal que ha estado desde chico con diarrea o con problemas de crecimiento está más medicado. En cambio, uno con un sistema inmunológico mejor, que logra crecer sin mayores enfermedades, es un animal que no va a tener desnutriciones durante su proceso de engorda y es a lo que estamos apostando", explica José Miguel Figueroa, gerente general de Kemifar, empresa que está incorporando probióticos y prebióticos a la alimentación animal.

Los beneficios de utilizar aditivos biológicos también llegan a los productores, ya que en el caso de las vacas, mejora el porcentaje de sólidos totales presentes en la leche, por lo que aumenta la rentabilidad. En el caso de los queseros, los beneficios podrían ser de alrededor de 20%, ya que si actualmente se necesitan 10 litros de leche para producir un kilo de queso, la cantidad de litros podría bajar a 8.

"Los productores podrían lograr una mayor rentabilidad por la vía de mayor producción y de generar una leche con mayor cantidad de sólidos totales que se va a pagar, y al poder optar por mercados que actualmente se hacen más difíciles por sus exigencias sanitarias", explica Figueroa.

Fuente: Revista del Campo, diario el Mercurio
Aporte: Gabriel Zeballos R.

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