Las normas en este campo son sinónimo de carne de calidad y de una mayor resistencia de los animales a enfermedades
Buena alimentación, entorno favorable, salud óptima y comportamiento adecuado son los cuatro principios que deben fundamentar el bienestar animal. Desde hace unos años, este concepto ha cobrado importancia entre los consumidores europeos. Al valor nutritivo y la inocuidad de los alimentos, se une el interés por conocer el modo de crianza de los animales. Así se justifica la importancia de los proyectos impulsados para mejorar este proceso, como el de ámbito comunitario Welfare Quality, que ha diseñado los primeros protocolos europeos destinados al bienestar animal y, en consecuencia, a facilitar la introducción de alimentos de valor añadido.
Entre los factores que se deben tener en cuenta en seguridad alimentaria destacan las condiciones ambientales y de manipulación a las que se someten los animales cuyos productos se destinan al consumo humano. De este contexto dependerá la calidad final del producto y la eliminación efectiva de posibles patógenos. Se sabe que animales criados y sobre todo transportados en condiciones estresantes, producen canales con mayor probabilidad de estar contaminadas con bacterias como E. coli, o Salmonella sp.
La integración de este concepto en la cadena alimentaria obliga a desarrollar estrategias dirigidas a la vigilancia de las explotaciones ganaderas y sistemas de información que acompañan a los alimentos. La clave es estrechar la relación entre el producto animal que llega al consumidor con las prácticas de cría aplicadas en la granja.
La misión es compleja porque en ella deben confluir los trabajos de productores (gestión y control de sus animales), certificadores (evaluación de granjas y mataderos) y consumidores (cada vez más exigentes con los alimentos que adquieren y la forma de producción). A pesar de la dificultad del concepto, la comunidad científica coincide en que el bienestar animal vela porque los animales "no sufran miedo, estrés, angustia o hambre prolongada". De este modo lo reconocen los responsables del proyecto Welfare Quality en "Principios y criterios del bienestar animal", un consorcio formado por 44 socios de 13 países europeos, Brasil, Chile, México y Uruguay, que se puso en marcha en mayo de 2004 y que está previsto que concluya a finales de 2009.
Aporte: Ignacio Vásquez
Fuente: http://www.consumer.es/
Buena alimentación, entorno favorable, salud óptima y comportamiento adecuado son los cuatro principios que deben fundamentar el bienestar animal. Desde hace unos años, este concepto ha cobrado importancia entre los consumidores europeos. Al valor nutritivo y la inocuidad de los alimentos, se une el interés por conocer el modo de crianza de los animales. Así se justifica la importancia de los proyectos impulsados para mejorar este proceso, como el de ámbito comunitario Welfare Quality, que ha diseñado los primeros protocolos europeos destinados al bienestar animal y, en consecuencia, a facilitar la introducción de alimentos de valor añadido.
Entre los factores que se deben tener en cuenta en seguridad alimentaria destacan las condiciones ambientales y de manipulación a las que se someten los animales cuyos productos se destinan al consumo humano. De este contexto dependerá la calidad final del producto y la eliminación efectiva de posibles patógenos. Se sabe que animales criados y sobre todo transportados en condiciones estresantes, producen canales con mayor probabilidad de estar contaminadas con bacterias como E. coli, o Salmonella sp.
La integración de este concepto en la cadena alimentaria obliga a desarrollar estrategias dirigidas a la vigilancia de las explotaciones ganaderas y sistemas de información que acompañan a los alimentos. La clave es estrechar la relación entre el producto animal que llega al consumidor con las prácticas de cría aplicadas en la granja.
La misión es compleja porque en ella deben confluir los trabajos de productores (gestión y control de sus animales), certificadores (evaluación de granjas y mataderos) y consumidores (cada vez más exigentes con los alimentos que adquieren y la forma de producción). A pesar de la dificultad del concepto, la comunidad científica coincide en que el bienestar animal vela porque los animales "no sufran miedo, estrés, angustia o hambre prolongada". De este modo lo reconocen los responsables del proyecto Welfare Quality en "Principios y criterios del bienestar animal", un consorcio formado por 44 socios de 13 países europeos, Brasil, Chile, México y Uruguay, que se puso en marcha en mayo de 2004 y que está previsto que concluya a finales de 2009.
Aporte: Ignacio Vásquez
Fuente: http://www.consumer.es/
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