Del ingrediente al producto final: Durante la recepción y el almacenamiento de los ingredientes, la contaminación puede provenir de envases con polvo o humedad, una mala gestión en la recepción o la mala higiene durante su almacenamiento.
Para evitar contaminaciones accidentales en la mezcla de ingredientes, se deben identificar todos los recipientes y colocarlos en lugares diferentes. Se deben evitar las contaminaciones cruzadas por el desarrollo de microorganismos en superficies, equipos y utensilios contaminados por una mala manipulación.
Debe usarse leche pasteurizada y la maduración del helado puede efectuarse en el mismo pasteurizador o en otra máquina destinada para este fin, con el objetivo de mantener la mezcla, a una temperatura ≤ a 6°C. El tiempo de conservación de la mezcla antes de congelar es de 72 horas como máximo. Durante este período, la mezcla puede ser un buen medio de cultivo si no se toman las precauciones oportunas.
Durante el envasado y el posterior almacenamiento, hay que evitar la contaminación microbiológica procedente del manipulador y la presencia de materias extrañas en el envase, así como el cierre defectuoso. El almacenamiento en cámara debe ser ≤ a -18°C.
Mantenimiento en el punto de venta: los helados no están exentos de riego por manipulación incorrecta o falta de higiene en los equipos, las vitrinas o las cucharas. Entre las medidas preventivas, se incluye instalar un plan de limpieza de equipos y utensilios.
Conservación en casa: Los consumidores se deben fijar en la fecha límite de consumo que figura en la etiqueta, también que el envase esté íntegro, sin roturas ni abombamiento de la tapa, y sacarlos del anaquel al final de la compra en el supermercado, asimismo colocarlos inmediatamente en el congelador y consumirlos en las fechas recomendadas.
Aporte: Daniela Parra
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