El Instituto tecnológico del
embalaje, transporte y logística (ITENE) ha desarrollado un envase capaz de
detectar si se ha interrumpido la cadena de frio en productos cárnicos y
pescados entre otras cualidades.
Los envases de alimentos cumplen un rol fundamental en la industria
alimentaria, su principal misión es proteger al alimento que contienen en su
interior de todo tipo de daños físicos y agentes externos que contamine el
producto tales como el polvo, polen y la humedad -que trae consigo una serie de
cambios microbiológicos en el alimento- entre otros.
Con el fin de prevenir todo tipo de perjuicios al alimento, en Valencia
–España- el Instituto Tecnológico
del embalaje, transporte y logística (ITENE) a desarrollado un envase
inteligente que además de tener las características de un envase clásico posee
indicadores químicos internos en forma de tintas sensoras que modifican su
color si perciben cambios de temperatura de tal manera que basta con visualizar
el color en la etiqueta del envase para verificar si la cadena de frio a
superado el límite de temperatura máximo (5ºC). A la vez tiene otra aplicación
muy útil en el embalaje de frutas ya que puede percibir la madurez óptima
mediante la tinta sensora de metileno que detecta cuando las concentraciones de
esta hormona de maduración se encuentran en exceso; o si la concentración de
oxígeno está alterada en envases cerrados de forma hermética. Cabe mencionar
que las tintas sensoras no entran en contacto con los alimentos sino que están
separadas por una capa permeable que detecta las variaciones de los factores
críticos sin problema alguno.
Este avance en materia de envases alcanza
plenamente el objetivo de mejorar la seguridad alimentaria de la población ya
que ofrece un control real del estado de los alimentos y su precio no es tan
elevado.
Fuente: consumer.es
Aporte: Francisco Pérez Sáez
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