El hielo se
consume en las bebidas de manera natural y habitual y, a menudo, se desconoce
el origen del agua. Este producto en general no
es de alto riesgo, pero si se
ignora la calidad del agua o se prepara inadecuadamente puede causar graves toxiinfecciones
alimentaria. En este artículo se indican las precauciones que se deben tomar al comprar,
preparar y consumir hielo.
Al comprar. El hielo se puede adquirir en muchos establecimientos, desde supermercados hasta pequeños comercios, e incluso, en las gasolineras. En todos ellos hay que asegurarse de que el hielo está en bolsas precintadas. Este tipo de envase indica que su procedencia es industrial y, por tanto, que cumple con los requisitos de seguridad y de calidad, es decir, que se ha elaborado con agua exenta de patógenos. Los locales de fabricación de hielo están sujetos normativas y cumplimiento de condiciones higiénico-sanitarias estrictas.
Al preparar. En casa, el factor principal es la higiene de las cubiteras. Antes de verter el agua en ellas, es preciso asegurarse de que están limpias y desinfectadas. Los recipientes más grandes, como las hieleras, deberán limpiarse cada vez que se vuelvan a llenar con cubitos. Al congelar agua, no conviene utilizar recipientes o moldes que se usan para otras fines, ya que podrían contener restos orgánicos o suciedad que contaminen los cubitos. Por supuesto, en la elaboración de cubitos de hielo es imprescindible el uso de agua potable.
Al consumir. Si se ha comprado una bolsa de hielo, es fundamental lavar y secar la bolsa antes de abrirla para extraer los cubitos. Cuando el consumo es en un bar, un restaurante o una cafetería, conviene prestar atención a la higiene de las cubiteras -si están a la vista- y a la limpieza de los vasos . Si aparece algún tipo de suciedad o elemento extraño en el cubito de hielo, será preciso cambiarlo. En cualquier caso, el sector de hotelería debe cumplir con las normas sanitarias para que el hielo que se ofrece al consumidor no implique un riesgo.
El hielo se
compone de agua, una sustancia con propiedades físicas, químicas y biológicas
que la hacen única y la constituyen como la base de todas las comunidades
habitadas. La polución y la contaminación son las responsables de los
desequilibrios del agua y, por tanto, de su calidad e inocuidad.
Aporte: Marcelo
Canto S.
Fuente: www.consumer.es
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