La
policía china desbarató una red delictual dedicada a la adulteración de
productos cárnicos. Hasta el momento se ha detenido a 900 personas relacionadas
con este nuevo escándalo contra la seguridad alimentaria. Las autoridades de
Pekín los acusan, entre otras cosas, de vender carne de rata o zorro como si se
tratara de buey o cordero. La operación, que se ha desarrollado durante más de
tres meses, se inscribe en un una cadena de escándalos que han disparado la
preocupación pública.
Los
crímenes oscilan desde la venta y manipulación de productos en la provincia de
Jiangsu, en el este del país, donde varios de los detenidos producían carne
falsa de cordero a partir de zorro, rata y productos químicos, hasta otros, en
la provincia de Guizhou (sureste), donde trataban garras de pollo con peróxido
de hidrógeno.
El
ministerio de seguridad pública dice que el descubrimiento de la estafa forma
parte de una operación más amplia sobre seguridad alimentaria, y se enfrentan a
la situación, de que si bien existen normativas en referencia a la
contaminación química de la carne, y al uso de animales muertos por causas
desconocidas destinados a su elaboración, el código penal chino no específica
que acciones se consideran una violación de la ley.
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