martes, 18 de mayo de 2010

El Plomo en los alimentos

El comité de asesoramiento científico de la EFSA informará sobre cualquier acción de seguimiento que deberá adoptar la Comisión Europea y los Estados miembros de la UE para evitar posibles efectos nocivos.

Los niveles de plomo procedentes de los alimentos representan un riego mínimo, pero no nulo. Su acumulación en el organismo durante años, puede generar efectos nocivos para la salud, entre estos alteraciones en el riñón o gástricas, esterilidad y posibles efectos secundarios en el desarrollo neurológico de los niños.
Expertos de la EFSA han realizados pruebas con comestibles y otras fuentes para determinar si la ingesta semanal tolerable (IST) de plomo es apropiada para proteger la salud pública, concluyendo que los grupos de alimentos más susceptibles a la presencia de plomo son los cereales, verduras y agua de grifo.
Los alimentos se pueden contaminar con plomo, a través del riego de las hortalizas con agua contaminada con residuos industriales y el uso de fertilizantes con pequeñas cantidades de plomo, que se acumulan en los animales y pueden pasar a la cadena alimentaria. También constituyen una fuente de exposición de plomo, el uso de platos esmaltados con pintura que puedan contener trazas de plomo y el polvo de los hogares y suelo.

Si bien, la exposición de plomo que no proviene de los alimentos es de menor importancia en los adultos, no lo es para fetos, bebés y niños debido a los posibles efectos secundarios en el desarrollo neurológico.

Aporte: Viviana Navarrete
Fuente: www.agromeat.com

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