miércoles, 1 de agosto de 2012

Mayor calidad y seguridad alimentarias

Nuevas normas sobre calidad y seguridad alimentarias suponen un apoyo a los esfuerzos de producción de alimentos en todo el mundo
La norma IFS (International Food Standard) es un modelo de calidad, es decir, una herramienta que permite evaluar la calidad y la seguridad alimentaria tanto de los productos como de los procedimientos de la industria alimentaria. Las empresas de distribución alemanas y francesas establecieron en 2003 unos requisitos para la gestión de la calidad en la industria alimentaria, lo que dio como resultado la normativa IFS. A día de hoy, otros países como Austria, Bélgica, Holanda, Polonia e Italia apuestan de forma clara por este modelo para gestionar la calidad de sus industrias alimentarias. La última actualización entró en vigor el pasado 1 de julio y se aplica cuando hay posibilidad de contaminación de un producto durante el proceso de envasado primario y, por tanto, puede aplicarse a todas las empresas alimentarias. Las principales novedades, detalladas a continuación, pasan por un aumento de los controles.

La versión 6 de la norma, la última actualizada, nace con la participación activa de distribuidores, entidades de certificación, industrias alimentarias y empresas de servicios alimentarios de todo el mundo. Supone un apoyo a los esfuerzos de producción en cuanto a la seguridad y a la calidad de cada marca alimentaria. La norma IFS, aplicable a minoristas y mayoristas, permite conciliar la seguridad alimentaria y el control de la calidad y pretende facilitar una herramienta de gestión orientada a la protección del consumidor y al cumplimiento de las obligaciones legales.

Los cambios más destacados respecto a la versión 5 de la norma son diversos y responden a varios motivos. Los principales para la revisión son mejorar la formulación de los requisitos y las reglas de duración de las auditorías. Además de:
  • Una mejora de la comprensión de los informes y de los certificados de la norma en todo el mundo, ya que se obliga a traducir al inglés varios aspectos del informe de auditoría, en el plan de acciones y en el certificado.
  • Se modifica también el sistema de puntuación para identificar y valorar a las empresas que lleven a cabo mejores prácticas.
  • Se establece un nuevo instrumento para el cálculo de la duración de la auditoría basado en el número de alcance de productos, empleados y alcances tecnológicos. Es de utilización obligatoria en todas las entidades de certificación y disponible en la página web de IFS.
  • Se modifica el número de puntos otorgados con el calificativo "D", el de peor valoración. De este modo, se pretende propiciar la mejora continuada
  • Se crean requisitos adicionales vinculados a la calidad de los productos, como los análisis nutricionales, el control del peso y el etiquetado, o a la comunicación interactiva con el cliente.
  • Se mantienen los diez requisitos catalogados como KO. Si no se cumplen estos requisitos, no se puede obtener el certificado IFS.
  • El capítulo 6 "food defense" pasa a ser obligatorio. Son requisitos específicos relacionados con la seguridad y con las medidas de seguridad ante posibles intentos deliberados de contaminación.
  • Se incluye un nuevo capítulo para los productos elaborados por terceros.
  • Se obliga a conservar los registros durante un año, por lo menos, después del fin de la vida comercial.
  • En cuanto al sistema APPCC, deberá revisarse cada vez que se realice un cambio que pueda afectar a la seguridad de los productos.
  • En el tercer bloque se hace énfasis en la formación de los auditores. La nueva versión señala que estos estarán cualificados para los productos y para los sectores tecnológicos específicos. También aumenta el nivel de peritaje de los auditores sobre los productos y los procedimientos. De nuevo, la norma establece unas auditorías de calidad con un valor añadido
La norma IFS se establece como un sistema común de evaluación a través del cual se pretende asegurar una mayor calidad y seguridad alimentaria, así como reducir costes y tiempo a fabricantes y distribuidores.

Fuente: Consumer.es
Aporte: Angélica Díaz Gómez

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