martes, 20 de mayo de 2014

Nueva tecnología en la pasteurización de huevos

La Radiofrecuencia puede ser aplicada en el control de microorganismos patógenos del huevo crudo sin alterar su calidad.

Científicos del Servicio de Investigación Agrícola Estadounidense (ARS) han desarrollado un sistema pionero que emplea radiofrecuencia para prevenir las infecciones por salmonelosis por consumo de huevos. Esta tecnología consiste en la utilización de electrodos en los extremos de los huevos, cada cual envía ondas electromagnéticas con longitud de onda de radiofrecuencia, lo que provoca un aumento de temperatura del huevo (sobre 70ºC), seguido de una inmersión por breves minutos en agua hirviendo. El calentamiento se genera en un principio en la yema y posteriormente en la clara del huevo, de este modo se garantiza que la yema –resistente al calor- alcance la temperatura necesaria para eliminar la presencia de las distintas especies Salmonella.
Por otro lado, esta tecnología evita la denaturación excesiva de proteínas de gran calidad biológica y la ruptura de la cáscara, considerando que los procesos de pasteurización actuales requieren 1 hora de exposición del producto en agua caliente. Respecto a lo anterior, los expertos aseguran que “el proceso de radiofrecuencia tarda unos 20 minutos aproximadamente y es 99.9% efectivo contra Salmonella”. Sin embargo, éstos sistemas de radiofrecuencia se encuentran en fase de prueba y a no mas de un año tardará su implementación en las industrias del rubro.
Cabe mencionar  que Salmonella spp. es un género bacteriano que se destaca por su presencia en múltiples reservorios, entre ellos las aves (gallinas, pollos, pavos) y  animales domésticos. Las especies de Salmonella de interés patológico en humanos corresponden a S. Enteritidis y S. typhi, las cuales provocan gastroenteritis, septicemia y fiebre tifoidea (en el caso de S. typhi) en humanos, con una dosis infectiva de 104 UFC aproximadamente. Las condiciones de desarrollo de estas especies van desde los 5 - 46ºC, pH 3,8 - 9,5 y Aw 0.94-0.99, lo cual le confiere resistencia a múltiples ambientes, siendo eliminada de los alimentos (lácteos, cárnicos, huevos y derivados) principalmente por procesos térmicos y químicos.



Aporte: Virginia Estévez

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