Existen dudas acerca de los peligros y riesgos asociados a este alimento
En la actualidad, muchos alimentos
presentan la dicotomía de tener propiedades beneficiosas, y a su vez, debido a
su forma de elaboración y almacenamiento, ser riesgosos para la salud. Es el
caso del kéfir, alimento con probióticos pero con serios problemas de
inocuidad, los cuales pueden superados mediante la aplicación de buenas
prácticas y cuidados especiales en la elaborción
En
la actualidad en el comercio existen alimentos que, como tales, contienen prebióticos y probióticos, los
cuales presentan diversos beneficios para el consumidor. Sin embargo, muchas
veces la cantidad de aditivos y componentes refinados (más dañinos que
favorables), junto con el tipo de procesamiento, hacen que alimentos con
propiedades innatas beneficiosas, se conviertan en un peligro para la
población. Debido a esta situación, es que existen grupos que promueven una
tendencia cada vez mayor a volver al consumo de alimentos más naturales y mucho
menos procesados en su esencia.
Un
alimento que no es ampliamente conocido, pero que posee probióticos
beneficiosos es el kéfir, el cual
corresponde a una leche fermentada (según norma Codex Stan 243-2003 (1)),
generalmente de origen artesanal, cuyo nombre proviene del turco “keyif”
alegría o placer y “kopur” leche o espumar (2), y que se produce por la actividad fermentativa
al inocular la leche con el granulo de kéfir. El kéfir posee una simbiosis de
aproximadamente 30 agentes de la microflora intestinal, donde se pueden
encontrar bacterias (género Bifidobacterium, Lactobacillus, Acetobacter entre otros), levaduras fermentadoras
de lactosa (Kluyveromyces marxianus)
y levaduras no fermentadoras de lactosa (Saccharomyces omnisporus, Saccharomyces cereviciae
y Saccharomyces exiguus) (2,4);
todos estos microorganismos generan granos o estructuras con aspecto de
coliflor que se reproducen con facilidad a una temperatura adecuada entre los
15-25°C.
A
pesar de las propiedades beneficiosas que derivan de la flora del kéfir, y tal
como ocurre con muchos alimentos cuyo origen es artesanal, actualmente existen
dudas acerca de los peligros y riesgos asociados a este alimento.
Si
bien no hay documentación suficiente de los riesgos del kéfir lácteo, si se ha
documentado sobre los riesgos del kéfir de agua o té, conocido como kombucha. Uno
de los casos documentados se realizó en Uruguay donde Murger, Fernández y Col.,
2011, postularon que el consumo exagerado de estos productos puede determinar
cuadros tóxicos graves, ya que la producción y conservación artesanal no
controlada, podría generar la contaminación por otros hongos del ambiente
productores de micotoxinas (como Aspergillus, Penicilium y Rhodotorula). Los
resultados de este estudio fueron hechos en kéfir de té y no en kéfir de leche,
aunque se cree que los resultados podrían ser extrapolables ya que el método de
elaboración es similar
A
pesar de estos peligros, este estudio y otros, presentan una serie de
precauciones que se pueden tomar a la hora de producir kéfir, que permitirían
disminuir el riesgo y conjuntamente aprovechar sus beneficios entre los que se
cuentan un efecto antimicrobiano de los probióticos frente a diversas bacterias
patógenas como la E. coli, Salmonella spp., Bacillus cereus y Klebsiella, además de parásitos protozoarios como la Giardia intestinalis (4).
Estos son:
· No
se deben usar materiales de aluminio debido que la acidez genera inestabilidad produciendo
sustancias tóxicas.
· Limpieza
de los nódulos de kéfir y los recipientes (idealmente de vidrios), siempre con
abundante agua potable después de la cosecha.
· No
consumir kéfir cosechado después de 72 horas debido a la proliferación
exagerada de bacterias y levaduras.
·
Uso
de leche apta para el consumo, bajo las normas del país.
·
Siempre
mantener el kéfir a temperaturas estables, nunca tan frías ni muy cálidas.
·
Nunca
olvidar una buena higiene de manos y los utensilios utilizados.
Aporte:
Ignacio Núñez
Fuente:
www.kefir.ilbello.com/articoli/kefir.pdf
Bibliografía
asociada:
1.- Norma del Codex para
leches fermentadas, Codex Stan 243-2003.
2.- Gaware V. y Col, 2011. The magic of kefir: A
review. Pharmacologyonline
1:376-386.
3.- Blasco Mercedes, 1998.
Como cura el kéfir, ed.de librerías S.A, Barcelona.
4.- León Pelaez A, 2013.
Tesis doctoral: Estudio de la capacidad de los micoorganismos del kefir, para
inhibir el desarrollo fúngico y para
secuestrar micotoxinas. Universidad Nacional de La Plata, Argentina. Pág.
53-70.
5.- Semih Ot-es y Oz-em
Cagindi, 2003. Kefir: A probiotic
dairy-composition, nutritional and therapeutic aspects. Pakistan
Journal of nutrition 2 (2): 54-59.
6.- Burgen Mabel y Col.,
2011. Kefir-kombucha: riesgos para la salud
en su uso como medicina alternativa o complementaria. Rev. Patología
Medica y quirúrgica de Uruguay 2 (1): 23-28.
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