La aparición y frecuencia de ETAs puede alterarse por la variación del clima
Argentina ve en los últimos años cómo su territorio está sujeto a eventos naturales extraordinarios e inesperados. La sequía, acompañada con descomunales avalanchas de agua y lodo, heladas en medio del mes de noviembre más cálido de los últimos cincuenta años. El resultado inmediato es una disminución en la producción de alimentos, un efecto visible y fácilmente medible pero lo que no es sencillo de cuantificar es el efecto de esos cambios sobre la inocuidad de los alimentos desde el campo hasta el plato.
El clima impacta sobre la triada epidemiológica (huésped, agente infeccioso y ambiente), por lo que el cambio puede tener un efecto dramático sobre las enfermedades infecciosas, enfermedades transmitidas por alimentos y por agua. Las condiciones climáticas extremas (inundaciones, sequías, huracanes, etc.) pueden impactar sobre la transmisión de enfermedades. Por ejemplo, períodos de grandes precipitaciones y períodos de sequía influyen tanto en la disponibilidad como en la calidad del agua y han sido ligados a las enfermedades transmitidas por los alimentos (ETAs).
Hay complejas interacciones entre cambio climático y ETAs. Hay que tener en cuenta diversos factores como las fuentes y modos de transmisión y los factores que influyen sobre el crecimiento y supervivencia de patógenos. Los cambios en humedad y temperatura ambiente tienen un rol en la transmisión de ETAs que es independiente de los otros factores. El cambio climático no sólo impacta la producción primaria sino también sobre la elaboración y comercio de alimentos. Las temperaturas altas podrían aumentar los riesgos de higiene asociados con almacenamiento y distribución de alimentos.
La vigilancia será necesaria para asegurar que los programas de higiene tomen los riesgos emergentes en consideración. La menor disponibilidad y calidad de agua en el manejo y procesamiento de alimentos también presentarán un nuevo desafío para el manejo de la higiene.
Fuente: www.publitec.com, revista la Alimentación Latinoamericana.
Aporte: Verónica Rojas
Argentina ve en los últimos años cómo su territorio está sujeto a eventos naturales extraordinarios e inesperados. La sequía, acompañada con descomunales avalanchas de agua y lodo, heladas en medio del mes de noviembre más cálido de los últimos cincuenta años. El resultado inmediato es una disminución en la producción de alimentos, un efecto visible y fácilmente medible pero lo que no es sencillo de cuantificar es el efecto de esos cambios sobre la inocuidad de los alimentos desde el campo hasta el plato.
El clima impacta sobre la triada epidemiológica (huésped, agente infeccioso y ambiente), por lo que el cambio puede tener un efecto dramático sobre las enfermedades infecciosas, enfermedades transmitidas por alimentos y por agua. Las condiciones climáticas extremas (inundaciones, sequías, huracanes, etc.) pueden impactar sobre la transmisión de enfermedades. Por ejemplo, períodos de grandes precipitaciones y períodos de sequía influyen tanto en la disponibilidad como en la calidad del agua y han sido ligados a las enfermedades transmitidas por los alimentos (ETAs).
Hay complejas interacciones entre cambio climático y ETAs. Hay que tener en cuenta diversos factores como las fuentes y modos de transmisión y los factores que influyen sobre el crecimiento y supervivencia de patógenos. Los cambios en humedad y temperatura ambiente tienen un rol en la transmisión de ETAs que es independiente de los otros factores. El cambio climático no sólo impacta la producción primaria sino también sobre la elaboración y comercio de alimentos. Las temperaturas altas podrían aumentar los riesgos de higiene asociados con almacenamiento y distribución de alimentos.
La vigilancia será necesaria para asegurar que los programas de higiene tomen los riesgos emergentes en consideración. La menor disponibilidad y calidad de agua en el manejo y procesamiento de alimentos también presentarán un nuevo desafío para el manejo de la higiene.
Fuente: www.publitec.com, revista la Alimentación Latinoamericana.
Aporte: Verónica Rojas
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