Según la propuesta comunitaria, la protección de la cadena alimentaria debe fundamentarse en criterios científicos sólidos y rigurosos.
Si bien la seguridad de los productos alimenticios ya queda garantizada con el marco jurídico que la regula, hay que fortalecerlo con mejoras en la seguridad y prevención de estos “accidentes intencionados” y en la respuesta ante los brotes, que incluyen tanto animales como agentes biológicos responsables de enfermedades zoonoticas. Para evitar este tipo de accidentes, la Comisión Europea plantea combinar trabajos de la Convención sobre Armas Biológicas y Toxicas (Biological and Toxin Weapons Convention, BWC) con otras herramientas de ayuda a la salud publica.
Según señala el Libro Verde, la respuesta a posibles atentados de bioterrorismo debería ser capaz de actuar contra más de un brote a la vez.
Los expertos europeos están trabajando para elaborar una lista con todos los posibles agentes biológicos y químicos que se pueden utilizar para un ataque bioterrorista, como por ejemplo ántrax, toxina botulínica, viruela, yersenia pestis y los virus de las fiebres hemorrágicas.
Aporte: Tatiana Gómez
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