miércoles, 13 de junio de 2012

El Aluminio en la Cocina


A pesar de que la migración de aluminio procedente de los envases o papel a los alimentos es pequeña, su uso en las cocinas debería restringirse.
La utilización del aluminio como papel o envase para alimentos, tiene por objetivo actuar como barrera protectora en la pérdida de aromas, protección de la luz,  oxígeno, contaminación y humedad.
A pesar de estos beneficios, en algunos países como Alemania, Francia, Bélgica, Reino Unido o Brasil, su uso está prohibido para evitar migraciones de sustancias que puedan suponer un riesgo para la salud. En efecto, la EFSA, afirma que un alimento en contacto con papel o recipientes de aluminio contribuye al aporte de este mineral a la dieta, lo que dependería de la temperatura, el tiempo de cocción, la composición y pH del alimento, la presencia de ácidos orgánicos, sal y otros iones. Según un informe del Comité Mixto FAO/OMS de Expertos en Aditivos Alimentarios (JECFA), la exposición al aluminio es de 0,16 mg/kg/día si la presencia es natural en los alimentos y de 0,1 mg/kg/día, en el caso de los materiales en contacto con alimentos.
La Comisión Europea acaba de publicar un reglamento con nuevas condiciones de uso y niveles de los aditivos alimentarios que contienen aluminio. A partir del 1 de febrero de 2014, deben modificarse las condiciones de uso y reducirse los niveles de los aditivos que contienen aluminio, incluso de las lacas colorantes. El objetivo es que no se supere la ingesta semanal tolerable establecida por la EFSA en 1 mg/kg de peso corporal. Se fija un tiempo para que los fabricantes de aditivos alimentarios se adapten a los nuevos requisitos.
Aporte: Jessica Moya Tillería

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