Alrededor del mundo existe la
preocupación creciente relacionada con el aumento de las enfermedades
cardiovasculares, las cuales son la primera causa de muerte, según los datos
proporcionados por la OMS. Como sabemos, las ECV tienen un factor hereditario,
y están mayoritariamente relacionadas con otros factores de riesgo como son el
tabaco, el alcohol, el sedentarismo y la alimentación poco saludable.
Las recomendaciones médicas, en
relación a esto, no son nuevas o desconocidas, sin embargo la prevalencia de
estas enfermedades, lejos de disminuir, va en aumento, como lo demuestran las
cifras publicadas por la OMS, que indican una tasa actual de 17,5 millones de
muertes en el mundo, 2,6 millones más que en el 2000 y se estima que para el
2030 las muertes por ECV sean de 23,3 millones; también afirman que el 80% de
esas muertes se pudo evitar, mediante cambios en el estilo de vida.
De acuerdo a estos antecedentes en septiembre
del 2011 se llegó a un proyecto de resolución en asamblea general de la ONU sobre
la prevención y el control de las enfermedades no transmisibles, que de entre
los muchos acuerdos menciona la necesidad de los gobiernos de tomar medidas
políticas y fiscales para reducir el consumo de la denominada chatarra, bebidas
gaseosas, alcohol y tabaco, así como a promover e implementar la producción y
el consumo de alimentos saludables.
Han pasado 3 años desde este mencionado acuerdo y
las medidas tomadas en este sentido han sido variadas, iniciándose con países
europeos que implementaron políticas públicas, tendientes a regular el consumo
de comida chatarra; en
Perú, Uruguay y Costa Rica se prohibió la comida poco saludable en las escuelas
públicas; en México se implementó, en el
2013, un gravamen que regula el consumo de comida chatarra y esta misma medida
se discute en Brasil, Bolivia, Chile y Ecuador. En este último se implementó
una ley de etiquetado en todos los alimentos procesados donde se indique, en
rojo, aquellos con un exceso de: calorías, grasas saturadas, grasas trans o
sodio.
En Chile se modificó el Reglamento
Sanitario para hacer operativa la denominada Ley de Composición Nutricional de
los Alimentos y su Publicidad, la cual además del etiquetado de los productos
abarca el tema de la publicidad de los mismos, que sobre todo está encaminada a
enganchar a los niños y jóvenes a su consumo. En el Perú aún se está
discutiendo acerca de una ley que regule el consumo de alimentos poco
saludables y su publicidad. En Argentina se promulgó hace poco una ley que
plantea la reducción progresiva de sal en los alimentos procesados y se
eliminaron los saleros de los locales de comida.
El Parlamento Latinoamericano
(Parlatino), informó el 25 de marzo del 2014, que se impulsó una ley marco en
los países de la región con el fin de regular la publicidad y etiquetado de la
llamada comida chatarra. También se discute en Colombia, Brasil, Bolivia y
Chile un impuesto a las bebidas azucaradas.
Lamentablemente la experiencia de
países europeos en los que ya se han implementado estas medidas, muestran
resultados poco alentadores en el objetivo de mejorar la salud de las personas,
esto se debe a que todas las políticas que se tomen deben ir de la mano con las
empresas, la publicidad y sobre todo la educación y el interés del consumidor
en mantener un estilo de alimentación saludable.
Referencias:
http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs310/es/index2.html
http://www.eluniverso.com/noticias/2014/08/30/nota/3601461/correa-habla-impuesto-comida-chatarra
Aporte: Valeria Olmedo
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