Nueva tecnología y mejores prácticas podrían ser cruciales en el control de la inocuidad de alimentos listos para el consumo.
Una fuerte tendencia en la actualidad son los activos estilos de vida que llevan los consumidores, enmarcada por la demanda por opciones que faciliten el día a día. Un reflejo de esto es el crecimiento que ha tenido la categoría de platos preparados, la cual tiene una proyección de facturación para el año 2015 de más de 81.000 millones de dólares a nivel mundial.
Una fuerte tendencia en la actualidad son los activos estilos de vida que llevan los consumidores, enmarcada por la demanda por opciones que faciliten el día a día. Un reflejo de esto es el crecimiento que ha tenido la categoría de platos preparados, la cual tiene una proyección de facturación para el año 2015 de más de 81.000 millones de dólares a nivel mundial.
Los
platos preparados son de fácil manejo y permite ahorrar mucho tiempo a los
consumidores. Sin embargo, se les vinculan enfermedades ocasionadas por microorganismos
patógenos, ya que por lo general estos productos no se recalientan antes de ser
consumidos.
En
el año 2012 el Servicio de Seguridad e Inspección de Alimentos (ISES) del
Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA), retiró del mercado casi
medio millón de libras de platos preparados por la presencia de Listeria monocytogenes. Con esto la FDA propuso
normas adicionales para controlar de manera proactiva los casos de enfermedades
potencialmente peligrosas relacionadas con los alimentos. Esta adaptación asociada
a la inocuidad alimentaria a nivel mundial, representa un gran desafío para la
industria. Por lo que la combinación de tecnología y mejores prácticas podrían
ser cruciales.
Si
bien en el año 2011 la FDA aprobó la Ley de Modernización de Seguridad
Alimentaria (FSMA), que garantiza la seguridad de los alimentos en Estados
Unidos, también regula el procesamiento de éstos. Pretende generar planes de inocuidad
alimentaria escrita y legalizada, como lo es el HACCP, donde se deben
identificar los peligros e implementar controles de protección. Se piden medidas
de control más estrictas enfocadas a todo el análisis de peligros inicial y no
sólo a los puntos críticos de control. Un plan de inocuidad alimentaria
integral comienza combatiendo la contaminación bacteriana en las instalaciones,
mediante las buenas prácticas y además se proponen los avances tecnológicos.
Las
innovación en los sistemas de procesamiento y empaque colaboran con la
conservación de la limpieza general de las operaciones de producción. Estos
equipos consideran la inocuidad y las partes expuestas para reducir los lugares
donde las bacterias potencialmente peligrosas puedan desarrollarse. Ofrecen revestimientos
antimicrobianos de alta tecnología hecho con materiales resistentes a las
bacterias, como polímeros avanzados y metales seleccionados para aumentar la
seguridad del producto. Además reducen imperiosamente las posibilidades de
error humano, mediante la automatización de los equipos.
Otra
tecnología aplicada son las altas presiones, que elimina microorganismos como E. coli patógena, Salmonella y L. monocytogenes
y fue reconocida por el Servicio de Seguridad e Inspección de Alimentos del
Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA-FSIS) como una medida de
mitigación para reducir la actividad microbiana en productos de carnes listas
para su consumo.
El
aumento del consumo de alimentos preparados contribuye para que la FDA invirtiera mayor
atención en la inocuidad alimentaria e implementará la FSMA con el fin de
incorporar controles más estrictos que permitirá ir reduciendo los numerosos
brotes de enfermedades transmitidas por los alimentos.
Fuentes:
Aporte: María Olga Martinez
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