Moluscos
bivalvos como ostras y mejillones (choritos), en los que se consume el tracto
digestivo, puede existir la exposición a este peligro químico.
Se
han encontrado microplasticos y nanoplasticos en alimentos marinos, La mayor preocupación es la escasez de
información en esta materia, sobre todo de la ocurrencia, toxicidad, y el
destino de estas partículas.
La
EFSA ha realizado una declaración sobre el peligro emergente de los microplasticos
y nanoplasticos en los alimentos, con la colaboración del Doctor Peter Hollman,
experto en la materia. En esta declaración se puede observar que:
Resulta
cada vez más preocupante la existencia de microplasticos y nanoplasticos en los
alimentos, esto en vista de la alta cantidad de residuos de este tipo que
generamos los humanos. En nuestros océanos existen altas masas de plástico
flotante desechado, llamados ‘’plastic soup’’, estás alcanzan grandes
dimensiones que con el tiempo se fragmentan, transformándose en microplasticos,
para luego transformarse en nano plástico.
La
preocupación es mayor debido a la escasez de información en esta materia, sobre
todo de la ocurrencia, toxicidad, y el destino de estas partículas. También es
una incógnita lo que sucede con la digestión de estos materiales en las
personas.
Esta
revisión permitió a la EFSA hacer un balance de los avances y de las lagunas de
conocimiento para dirigir las futuras prioridades en la materia. A pesar, de que no hay datos de nanoplasticos
en alimentos, si hay de microplasticos en ambientes marinos. Los peces muestran
altas concentraciones de microplasticos, pero mayoritariamente se encuentran en
el intestino y estómago, los cuales son retirados para su consumo. Sin embargo,
los crustáceos y moluscos bivalvos como ostras y mejillones (choritos), en los
que se consume el tracto digestivo, puede existir la exposición a este peligro
químico, además también se los ha encontrado en miel, cerveza y sal de mesa.
Por
el momento es muy pronto para definir qué tan perjudiciales pueden resultar
para la salud humana, pero sí preocupa que en ellos pueden existir altas
concentraciones de contaminantes como bifenilos policlorados, hidrocarburos
aromáticos policíclicos y residuos de bisfenol, por otra parte, se sabe que
este tipo de sustancia puede traspasar hacia los tejidos y ser un potencial
riesgo para la salud.
Se
cree que una porción de 225 gramos de mejillones puede contener 7 gramos de microplasticos,
por lo tanto, es necesario realizar más investigaciones, para generar datos, de
este potencial riesgo, para la inocuidad alimentaria.
Aporte: Valentina
Bastias
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