miércoles, 27 de julio de 2016

Microplasticos y nanoplasticos en los alimentos, un tema emergente.

Moluscos bivalvos como ostras y mejillones (choritos), en los que se consume el tracto digestivo, puede existir la exposición a este peligro químico.
Se han encontrado microplasticos y nanoplasticos en alimentos marinos, La  mayor preocupación es la escasez de información en esta materia, sobre todo de la ocurrencia, toxicidad, y el destino de estas partículas.

La EFSA ha realizado una declaración sobre el peligro emergente de los microplasticos y nanoplasticos en los alimentos, con la colaboración del Doctor Peter Hollman, experto en la materia. En esta declaración se puede observar que:

Resulta cada vez más preocupante la existencia de microplasticos y nanoplasticos en los alimentos, esto en vista de la alta cantidad de residuos de este tipo que generamos los humanos. En nuestros océanos existen altas masas de plástico flotante desechado, llamados ‘’plastic soup’’, estás alcanzan grandes dimensiones que con el tiempo se fragmentan, transformándose en microplasticos, para luego transformarse en nano plástico.

La preocupación es mayor debido a la escasez de información en esta materia, sobre todo de la ocurrencia, toxicidad, y el destino de estas partículas. También es una incógnita lo que sucede con la digestión de estos materiales en las personas.

Esta revisión permitió a la EFSA hacer un balance de los avances y de las lagunas de conocimiento para dirigir las futuras prioridades en la materia.  A pesar, de que no hay datos de nanoplasticos en alimentos, si hay de microplasticos en ambientes marinos. Los peces muestran altas concentraciones de microplasticos, pero mayoritariamente se encuentran en el intestino y estómago, los cuales son retirados para su consumo. Sin embargo, los crustáceos y moluscos bivalvos como ostras y mejillones (choritos), en los que se consume el tracto digestivo, puede existir la exposición a este peligro químico, además también se los ha encontrado en miel, cerveza y sal de mesa.

Por el momento es muy pronto para definir qué tan perjudiciales pueden resultar para la salud humana, pero sí preocupa que en ellos pueden existir altas concentraciones de contaminantes como bifenilos policlorados, hidrocarburos aromáticos policíclicos y residuos de bisfenol, por otra parte, se sabe que este tipo de sustancia puede traspasar hacia los tejidos y ser un potencial riesgo para la salud.    

Se cree que una porción de 225 gramos de mejillones puede contener 7 gramos de microplasticos, por lo tanto, es necesario realizar más investigaciones, para generar datos, de este potencial riesgo, para la inocuidad alimentaria.



Aporte: Valentina Bastias

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