La
contaminación de los vegetales es una de las principales preocupaciones tanto
del consumidor como de la industria alimentaria. En la mayoría de los casos,
los vegetales se consumen crudos, un factor que obliga a ser mucho más
cuidadosos para asegurar en la inocuidad para el consumidor. Lechugas, tomates, manzanas y pepinos son los
vegetales con un mayor índice de contaminantes
químicos en su composición, según los últimos datos
del PAN Europe (Pesticide Action Network), una organización no gubernamental
que ha desarrollado un exhaustivo informe en el ámbito europeo acerca de los disruptores endocrinos (EDC). La legislación actual sobre plaguicidas
regula el uso de estos productos, pero el PAN solicita un nuevo marco legal más
estricto para un mayor control de los EDC en los alimentos.
Según los resultados del estudio, se detectaron 30 tipos de tóxicos diferentes en
vegetales de consumo habitual en la dieta de un adulto y que interfieren
de manera directa en el sistema endocrino, nervioso y hormonal del ser humano.
Entre los vegetales que se evaluaron, la lechuga alcanzó el mayor nivel de disruptores endocrinos (EDC),
seguida de los tomates, los pepinos, las manzanas y los puerros.
El estudio se centró en los disruptores endocrinos (EDC) y
en su falta de margen legal, puesto que aún se desestima el efecto de estos
químicos, si bien son sustancias tóxicas, nocivas para el organismo, que
alteran el sistema hormonal del cuerpo humano. Estas sustancias químicas se
asocian a enfermedades crónicas como el cáncer de mama o próstata, disfunciones
fértiles, daños cerebrales, obesidad o diabetes.
Los responsables del estudio utilizaron en la investigación datos publicados por la Autoridad Europea de Seguridad
Alimentaria (EFSA), en los que se mostraron restos de pesticidas, con un
notable riesgo para la salud, en diferentes vegetales. De hecho, desde el PAN
se ha iniciado una campaña de información acerca de la presencia de estos
tóxicos en los vegetales.
Se recomienda consumir productos orgánicos,
sobre todo entre la población más susceptible, como niños o ancianos, para
sustituir el posible riesgo derivado de los tóxicos. Está previsto que la
Comisión Europea, el órgano más importante de la UE, revise esta laguna legal
en diciembre de 2013.
Aporte: Marcelo Canto
Fuente: http://www.consumer.es/seguridad-alimentaria/ciencia-tecnologia/2012/06/25/210478.php
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