Cuando los empleadores prohíben pagar el tiempo fuera por enfermedad, los trabajadores propagan la enfermedad y dañan el negocio.
En la sala de descanso de un
restaurant un estornudo de un empleado puede desencadenar semanas de resfriado
y fiebre entre compañeros de trabajo. La marginalidad con la que sufren todos
ellos al estar expuestos a empeorar su
estado y de paso contagiar a los sanos, predomina en esta época del año, cuando
el ambiente tiende a favorecer a los patógenos.
Los datos publicados en 2013 por los
centros de los EE.UU. para el Control y la Prevención de enfermedades indican
que uno de cada cinco trabajadores en un restaurante están registrados incluso cuando sufren de
diarrea y vómitos, los dos síntomas principales de norovirus. Este grupo
de virus que induce náusea ocasiona
aproximadamente la mitad de todas las enfermedades de transmisión alimentaria
en los EE.UU. Permitiendo que los microorganismos perjudiciales en el lugar de
trabajo pongan a los clientes en riesgo. Los empleados también infectan a otros
miembros del personal y sus jefes reciben un costoso diluvio de ausencias.
Cuando la gripe porcina irrumpió en una pandemia en el año 2009, ocho millones
de adultos infectados aún fueron a trabajar. Los empleados pueden haber causado
otros siete millones de infecciones de gripe, según las estimaciones realizadas
por el Instituto para la Investigación de Políticas para las mujeres (EE.UU.).
De acuerdo a varios estudios
realizados en Estados Unidos, el gran problema del no pago de licencias por
enfermedad, obliga al empleado a ir a trabajar en su estado, diseminando la
infección a sus demás colegas, esto da como resultado un 18 y 60 por ciento de
pérdidas en productividad laboral y un aumento de ausencias por enfermedad.
Además, los trabajadores que no están en condiciones de tomar tiempo libre
pagado para ver a un médico son más propensos a tener seis o más días de
enfermedad al año que aquellos que pueden tomar tiempo libre. Los datos de CDC muestran
también que los trabajadores sin licencia por enfermedad tienen más
probabilidades de sufrir una lesión en el trabajo y tienen menos probabilidades
de obtener salud preventiva para la detección precoz del cáncer.
Chile por otra parte no es distinto, pese a que no
existen registros rigurosos de las
licencias por enfermedad contagiosa, si existe un abuso de ellas, haciendo
difícil el seguimiento de los focos y la dinámica de la enfermedad en nuestro
país. COMPIN es la institución que evalúa el pago de licencias médicas de
acuerdo al cumplimiento de ciertos
puntos. Sin embargo, cuando ésta solo paga un porcentaje de los días la apelación para el pago de la totalidad de
una licencia es una molestia, ocasionando que para evitar esto el empleado no tome
todos los días de su licencia, afectando a sus colegas de trabajo y entorno, creando
este círculo vicioso que no termina.
Fuente
: http://www.nature.com/scientificamerican/journal/v312/n3/full/scientificamerican0315-6.html
Aporte: Nicolina Prat, (Junio)
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