miércoles, 18 de julio de 2007

ORGANISMOS GENÉTICAMENTE MODIFICADOS EN LOS ALIMENTOS

Chile requiere una política en el tema.

Más de 30 mil productos alimenticios se derivan de la soya y el maíz, materias primas que en su mayoría ingresan a Chile desde países exportadores de alimentos transgénicos. Sin embargo, nuestro país todavía no legisla respecto a la calidad ideal que deberían tener estas materias primas, y qué países son los ideales para importar estas materias primas.

Chile es un neto importador de maíz y soya principalmente desde Argentina, país del cual el 99% de la soya y el 60% del maíz cultivado corresponden a transgénicos, los que entran a la cadena de suministro nacional, tanto para producción de alimentos procesados interna como para exportación. Bajo este escenario Chile debería establecer regulaciones para la segregación y trazabilidad de materias primas GM versus No-GM, como también implementar las capacidades analíticas requeridas para su fiscalización.

Otros países del mundo ya están legislando al respecto. USA es el primero en la lista, seguido por Japón, Canadá, Corea del Sur, Australia, las Filipinas, México, Nueva Zelandia, la Comunidad Europea (CE) y China, países que han aprobado el consumo de alimentos transgénicos.

El área aprobada globalmente para cultivo de OGMs ha crecido en un 13 % anual llegando a 102 millones de hectáreas en el año 2006, siendo producidas transgénicamente a nivel mundial cerca del 57 % de la soya, 25 % del maíz, 13 % del algodón y el 5 % de la canola. Por otra parte, 8 países son responsables del 98% del área cultivada con transgénicos: USA, Argentina, Brasil, Canadá, India, China, Paraguay y Sudáfrica (ref. www.isaaa.org). Uruguay también es un cultivador importante de OGMs.

Aporte de : María José Montequin

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