(Extracto y traducción columna de Bryan Walsh. Revista Times)
Actualmente, en Estados Unidos se desarrolla un brote de Salmonella Heidelberg, bacteria que causa más ETAs en todo el país y que produce costos (tratamientos y pérdidas) que superan los 3 mil millones de dólares. Dicha situación se ha extendido por 5 meses enfermando a 76 personas y causando la muerte de al menos una. Sin embargo, y a pesar del tiempo que ha transcurrido, el gobierno no ha podido identificar el origen del brote, ni ha ordenado el recall de los alimentos sospechosos de estar involucrados.
Por elmomento, el brote parece estar ligado a la carne molida y hamburguesas de pavo. El día lunes 1 de agosto el CDC declaró que los cultivos microbiológicos realizados a muestras de carne molida de pavo realizada a 4 empresas del retail (tomadas entre el 7 de marzo y el 27 de junio) mostraron contaminación con Salmonella Heidelberg. Por otra parte cerca de la mitad de las personas entrevistadas en la investigación epidemiológica declararon haber consumido carne molida de pavo. Estos datos fueron suficientes para que el FSIS (U.S Department of Agriculture’s Food Safety and Inspection Service), ente responsable de la inocuidad de los productos cárnicos, publicara una alerta de salud pública y recordara a los consumidores la necesidad de consumir los productos cárnicos bien cocidos, ya que esto reduce el peligro de Salmonella.
A pesar de los datos existentes, el gobierno declara que aún no es posible establecer una conexión certera entre un producto (y por lo tanto productor) específico y el brote, aun cuando las muestras positivas parecen ser de un mismo origen. Los oficiales del FSIS no revelarán el nombre de la empresa sospechosa (ni el retail que los comercializa) dado que no habría certeza absoluta de la relación brote-producto. En resumidas cuentas la única acción oficial que se ha tomado frente al brote, es recordarle al consumidor que haga algo que en realidad deberían hacer de cualquier modo (con o sin brote).
Esta “falta de acción” por parte del gobierno (sobre todo la negativa de nombrar el origen de las muestras positivas) ha levantado muchas voces críticas, sobre todo desde el ámbito académico desde donde se ha dicho que “Lo principal es preservar la salud pública, no a la industria u otro interés. Si existe evidencia razonable de un link (entre los enfermos y un determinado alimento) se debe advertir tan rápido como sea posible”
Por otra parte, y en cierta defensa del gobierno, la investigación de un brote de estas características puede presentar un sinfín de dificultades. Los investigadores epidemiológicos dependen de la capacidad de las personas afectadas de recordar (con la mayor exactitud posible) que fue lo que comieron antes de sentirse enfermos, y por otra parte confirmar un caso de contaminación puede tomar semanas. Además, la carne molida puede ser particularmente peligrosa, ya que un mismo paquete de carne de pavo, por ejemplo, puede contener carne de distintos mataderos e incluso de distintos animales, con lo cual las posibilidades de contaminación se multiplican y por lo tanto dificultan las posibilidades de rastrear la carne sospechosa a su fuente original.
Si algo deja en claro este brote (tal como ocurrió con el brote de E. coli en Alemania) es la necesidad de mejorar y hacer más estrictos los sistemas de control de alimentos. Esto a pesar de que al iniciar el año el congreso aprobó la Food Safety and Modernization Act (FSMA) El problema es que la mejora real del sistema requeriría de billones de dólares adicionales, en una economía que está de por si, complicada. De cualquier modo la FSMA aplica solo para la FDA y no al departamento de Agricultura, con lo cual el tema “carnes” de todas formas queda fuera. De esta forma, a menos que se esté dispuesto no solo a dar más recursos, sino que además a poner la salud pública por sobre los intereses comerciales, brotes con las características del actual, seguirán presentándose en Estados Unidos.
Fuente: http://ecocentric.blogs.time.com/2011/08/02/a-mysterious-salmonella-outbreak-shows-the-holes-in-our-food-safety-system/
Aporte: Pilar Sánchez - Carola Bernales.
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