En México no hay artículos comerciales de origen natural que eviten la deshidratación de productos agrícolas, y que sean funcionales para conservar su apariencia, garantizar la sanidad y alargar su vida en anaquel.
El equipo de investigación, trabaja en un proyecto para el desarrollo de envases activos, recubrimientos orgánicos, biodegradables e incluso comestibles a base de fitomoléculas. La tecnología del envasado activo es un concepto relativamente nuevo, dirigido a incrementar la vida útil de los productos sin alterar su calidad nutricional y sensorial, así como la seguridad microbiológica. El desarrollo de los recubrimientos comestibles surge como una alternativa prometedora para la mejora de la calidad y conservación.
Se trabaja con extractos de plantas del desierto mexicano como damiana, orégano, hojasen, sangre de drago, gobernadora, tomillo y romero, variedades tradicionales que se utilizan para infusiones o condimentar platillos; de éstas se extraen los compuestos bioactivos para su estudio y aplicación. Estas plantas contienen compuestos con actividad antifúngica, que pueden utilizarse como antimicrobianos en el envase activo. Los extractos se incorporan como parte de recubrimientos naturales que se aplican a los frutos, de esta manera garantizan el control de enfermedades sin utilizar fungicidas químicos o conservadores.
Los envases activos son aquellos que cambian las condiciones del alimento o del entorno para extender su vida útil, aumentar su seguridad microbiológica y mejorar sus propiedades manteniendo de su calidad.
Fuente: SIPSE.COM
Aporte: Andrea Baraona R.
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