viernes, 21 de junio de 2013

Apicultores acusan al MINAGRI de ignorar contaminación transgénica

Miel contaminada con polen transgénico en Chile es rechazada en la Unión Europea
Los apicultores denuncian al Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) sobre la contaminación transgénica que se extiende en la zona centro-sur de Chile.
Aun cuando se supone que nuestro país produce miel orgánica, la Unión Europea está devolviendo los cargamentos de Chile, al evidenciar que la miel está contaminada con polen transgénico.
La causa es que el Ministerio de Agricultura no controla la los cultivos donde se producen semillas transgénicas. 

Italia prohibió hace unos días el cultivo de transgénicos en su territorio, con lo que se sumó a la mayoría de los países de la Unión Europea. Sólo quedan Portugal y España como reductos de agro-transgénicos. Lo anterior, a causa de una investigación de la universidad francesa de Caen, que demostró que estos alimentos son cancerígenos, además de la mortandad de abejas en las temporadas recientes.

En América Latina, los transgénicos se prohibieron en Perú, Venezuela y Ecuador. Brasil exige se aplique la ley de etiquetado, para que la gente pueda decidir si quiere o no comer transgénicos.

En Chile, el ministro de Agricultura Luis Mayol, ha declarado su apoyo a esta industria, pese a que los productores de miel insisten en la situación de muerte de abejas que consumen pesticidas, y al hecho de que la Unión Europea esté devolviendo cargamentos. En Chile la miel se produce como un producto orgánico, pero en Europa descubren que el polen es transgénico. Y como obligan a etiquetar los productos transgénicos, pero Chile no tiene ley de etiquetado, entonces devuelven el cargamento.

Diversos expertos han hecho ver el imperativo de que Chile cumpla estándares básicos para desarrollar la industria de transgénicos, como adherir al Protocolo de Cartagena sobre estándares mínimos de información; crear una ley de etiquetado que permita a la ciudadanía decidir si desea comer transgénicos, y finalmente planificar el uso del territorio, para evitar perjuicios como el que enfrentan los productores de mieles que ya no son orgánicas.


Aporte: Felipe Pérez

No hay comentarios.: